noviembre 26, 2020
6:50 pm
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¿Qué hago aquí? hemos experimentado la sensación de sentirnos solos a pesar de estar rodeados de familia, amigos y extraños; hemos sucumbido a la posibilidad de estar cansados en este lugar equivocado al que no pertenecemos. Sentir el dolor de la Madre Tierra mientras es desbastada, son algunas de las emociones con las que un niño de las estrellas se enfrenta día a día. Estos hermosos seres solo necesitan amor incondicional, lo demás ellos ya lo saben.
Durante años han sido considerados un gran “problema” porque no se ajustan a los estándares “normales” de la sociedad. Un niño o niña de las estrellas son niños índigos, arcoíris, diamante que protegen y adecuan el camino para que los niños (a) cristal, puedan brillar y entregar su luz.
En las escuelas de educación formal suelen creer que les controlan con droga, pero en realidad su capacidad intelectual y emocional supera los estandartes de aquellos que están por fuera de ese grupo selecto de humanos que han venido a cumplir misiones muy específicas con la raza humana y dentro de sus núcleos familiares.
Son claros, concretos y concisos. Se mueven en temas de derechos humanos, protección animal, poseen cero niveles de tolerancia para con el daño a la naturaleza. Los padres creen tener hijos tercos, sin embargo son los adultos los que no tiene claro su objetivo de vida, mientras que estos niños (a) no necesitan que les digan qué y cómo hacer las cosas, ellos ya lo saben; esperar que cierren los ojos a la verdad solo logrará que perdamos la conexión con ellos. Muchos son vegetarianos de manera innata, su facilidad para expresarse a través del ritmo, la música, el arte y la tecnología así como para comunicarse amorosamente con los animales, demuestra que son seres especiales que no necesitan ser entendidos, solo amados.